Elixir y veneno

El amor,  elixir y veneno. Gracias amor infinito y poderoso, maestro de este tiempo, presente en lo intangible y místico, respiro de vida. Enamorarnos irreversiblemente del respirar mismo debería ser nuestro gran primer idilio, … amor, poder sublime y magnánimo, el líquido sagrado que corre por nuestras venas y las entrañas de nuestra madre. Amor es Dios mismo haciéndose presente ante nosotros de la manera más palpable posible, … Amor es quien se viste de deidades y guardianes para recordarnos que de ninguna manera estamos, ni estaremos solos. Amor es la fuerza expansiva del universo que nada condiciona y nada define, abrir nuestro corazón es ampliarnos al inmenso océano de posibilidades que el amor nos da en cada segundo…Fata

HO´OPONOPONO LA SANACIÓN DEL PERDÓN

harmony-1229893_960_720.jpgLa carrera del hombre en la existencia, lo ha llenado de infinidad de asuntos que resolver a cerca de su ser interior, de su entendimiento del mundo, el universo y de su posición en el mismo. Y las incógnitas mas importantes son acerca de nosotros mismos, de quienes somos y para dónde vamos. Pues por mas avances evolutivos y respuesta lógicas que logremos encontrar en el camino a nuestra propia evolución, siempre hemos de encontrarnos en un punto medio donde ninguna teoría científica nos de respuestas acerca de nuestro ser espiritual, de la razón de ser en nuestras vidas y del entendimiento de nuestras almas.

Podemos encontrar mil teorías, religiones o filosofías que seguir, lo cierto es que el camino de vida y lo que sentimos, es lo que en realidad nos define ante el mundo, ante nuestra percepción de nosotros mismos y ante el cosmos como seres autónomos.

Las vivencias que tenemos, similares o no, son las que nos definen, independientemente de si escogemos que sean estas circunstancias las que nos determinen o lo que hacemos con ellas para forjar nuestro propio destino. La verdad, es que tanto vivencias como enfermedades son las que deciden nuestro comportamiento y delimitan esa delgada línea entre la felicidad y la desdicha.

Es por ello más que normal esta necesidad actual, que con el paso del tiempo, con las nuevas y modernas afecciones que vive nuestra sociedad, buscamos cada vez mejores formas de encontrar o sanarnos a nosotros mismos. Llamémosle Nueva Era, Positivismo o como sea, lo cierto es que la tendencia a descubrir fórmulas para hallarnos en estado de satisfacción o felicidad consciente son cada vez más constantes y recurrentes entre las personas.

Nos vemos ante la realidad de que no solo el estatus o la estabilidad económica son el complemento único y perfecto para esa paz y satisfacción total interna de cada uno de nosotros como seres humanos. Se viene el cuestionamiento básico de ¿Que necesitamos realmente para ser felices? Vista o buscada esa felicidad como algo permanente y no como una sensación pasajera o volátil.

Es así como el Ho´oponopono ha ido renaciendo como una técnica que entre quienes la practican, dicen encontrar la solución a sus enfermedades o  tristezas, técnica que existe hace mucho tiempo, que ha sido olvidada y tergiversada por otros y que hoy en día coge fuerza de nuevo.

¿QUE ES EL HO´OPONOPONO?

El Ho´oponopono es una técnica ancestral que con el paso del tiempo y en el recorrido de sus diferentes precursores ha ido evolucionando, renaciendo  y actualizándose, ante la necesidad de esta búsqueda y sanación de las personas en un mundo, en el que cada vez se vuelve absurdo y dañino absorber o ignorar tristezas, decepciones, traiciones y todos los dolores que inevitablemente todos tenemos que afrontar.

Ho’oponopono es una técnica ancestral hawaiana utilizada por tribus originarias del territorio, que trata la resolución de los problemas. Esta tradición era practicada por curanderos llamados «kahuna au« y se le realizaba a los miembros familiares de quien padecía algún mal.

Ho’oponopono Traduce corregir un error y se dice que esta enseñanza fue traída por seres iluminados que llegaron a las tribus de Hawai en tiempos remotos a difundir estas prácticas. Prácticas que sostienen que todo lo que está afuera lo  has creado tu, desde otras vidas o en esta; por lo tanto el dolor, la maldad, el sufrimiento, la discordia, los conflictos y todo cuanto existe afuera debemos corregirlo en nosotros mismos para que deje de suceder.

Durante la década de los 70s, Morrnah Nalamaku Simeona, reconocida como una Kahuna lapa´au (sanadora) en Hawái, trajo y adaptó esta técnica aplicándola a los problemas y afecciones actuales de la sociedad occidental, a la que le sumo sus influencias religiosas por lo que enfatizó en la oración y en el poder que la repetición de un mantra genera en nuestro inconsciente al punto tal de llevarlo a cabo en nuestro consciente.

Es entonces donde nace la famosa consecución de mantras LO SIENTO, PERDONAME, GRACIAS, TE AMO. Al contrario de la tradición hawaiana, Simeona sostuvo que los problemas son un karma negativo en el cual tu debes repetir o experimentar todo el daño que has provocado en otros, lo que en leyes herméticas comúnmente llamarían la ley de causa y efecto o ley del retorno; indicando que tu eres el creador de tu vida, de tus posibilidades y en especial de tus circunstancias.

Simeona también sostuvo que el propósito fundamental de esta filosofía es redescubrir y despertar la divinidad en cada uno de nosotros, atribuyendo por ende una inclinación netamente espiritual a esta corrección de nuestros errores. Ella definió el Ho’oponopono como un gran legado  que nos permite “desarrollar una mutua relación con la Divinidad dentro de nosotros y aprender a pedir que en cada momento, nuestros errores en pensamiento, palabra, acto y acción sean limpiados.”

Esta práctica sale a la luz de nuevo por el Dr. Ihaleakalá Hew Len (alumno de Simeona) , quien fue contratado por el hospital estatal del Hawái, para tratar a los enfermos del pabellón de psiquiatría, tras tener un descenso en sus empleados, pues el número de enfermos mentales por crímenes aumentaba y la permanencia en la institución se tornaba imposible. Ante la oferta, el Dr. Len aceptó bajo el acuerdo de nunca entrar a aquel pabellón, ni ver directamente a sus pacientes; únicamente tener acceso a sus historias clínicas con las cuales él trabajaría desde su despacho en el hospital ofreciendo como tiempo límite de resultados seis meses.

Asombrosamente con el paso de los meses y contra toda expectativa, los resultados empezaron a verse, pues se cuenta que muchos de los enfermos difíciles de tratar empezaron a volverse más dóciles y calmados,  incluso al punto de poder dar de alta a pacientes que se consideraban altamente peligrosos. La justificación que dio el Dr. Len a esta situación fue la práctica del Ho’oponopono. Según él, su proceso consistió en estudiar caso por caso y buscar el problema o conflicto de cada uno de sus pacientes en si mismo, a través del perdón, del amor y del entendimiento de cómo él pudo provocar esta situación o dolor que trataba.

Hoy en día este método de sanación es practicado no solo en el rango familiar sino que se aplica para ámbitos personales e incluso empresariales por quienes lo practican como profesión.

Ho’oponopono invita a sanarnos de dolores del alma, de los bloqueos a través de una búsqueda netamente interna, a través de la calma y aceptación de que el origen y razón de tal problema o conflicto reside única y exclusivamente dentro de nosotros mismos, en nuestros actos y pensamientos, Ho’oponopono nos sugiere que no hay nada afuera haciéndonos nada, somos nosotros mismo rodando entre recuerdos de dolor y de tristezas, que deben ser desechadas y evaporadas de nuestra memoria y por consiguiente del colectivo.

EL ORIGEN ANCESTRAL DE LAS ENFERMEDADES

Existe la teoría de que nuestras afecciones físicas son la acumulación de dolores en el alma o el corazón, esta noción ha sido desarrollada y transmitida por infinidad de corrientes, de generación en generación desde ancestros indígenas hasta líneas de la psicología moderna. De igual forma ha sido ignorada y callada por la medicina moderna hasta hace muy poco.

La escritora Louise Hay en su libro “Usted Puede Sanar Su Vida sostiene que el origen de nuestros sufrimientos provienen de nosotros mismos y que de la retención interna de decepciones, vacíos, depresiones y nostalgias, nacen nuestros dolores y enfermedades físicas. Hay sostiene que de la conciencia y resolución que le atribuyamos a nuestros resentimientos y traumas depende la fortaleza de nuestra existencia en todos los campos.

Esto no es algo nuevo en absoluto, es una creencia sostenida por tribus hopis, lakotas, egipcias, etc. Tribus en Oceanía consideran que las enfermedades provienen de malas conductas sexuales o la ira, mientras que en Polinesia se dice que son nuestros errores en la vida (los hará) los que provocan enfermedades. El hinduismo considera que nuestros padecimientos físicos o espirituales corresponden única y exclusivamente a nuestra propias acciones malas ya sea de esta o anteriores vidas. Clanes paganos europeos creen que son nuestras equivocaciones las que enojan a sus dioses y sus castigos llegan en forma de enfermedades o desdichas. Algunos piensan que son las malas decisiones que invocan dioses malignos en el espíritu y otros que es la culpa misma de nuestros pesares los que crean los padecimientos.

El Ho´oponopono nace en Hawai  donde básicamente su función principal es sanarnos de esos dolores y tristezas que acumulamos en el cuerpo; desecha por completo la idea de que todos aquellos recuerdos y memorias dolorosas con el tiempo no se desvanecen en el olvido, si no por el contrario, se acumulan en nuestro cuerpo en forma de locura, depresiones, cánceres y mil formas de dolores.

HOOPONOPO ES OTRO CAMINO 

PARA LLEGAR A LA VERDAD

A REDESCUBRIRNOS Y

EMPODERAR NUESTRO INTERIOR.

MABEL KATZ..

 

MIS PROBLEMAS SON POR LA CULPA DE OTROS

Y ¿Qué sucede cuando sentimos que todas nuestras tristezas se deben a causa de otras personas?¿Como curo el dolor que otro me generó?¿Porque he de perdonar a alguien que no es consciente o no le importa el dolor que causó en mí? Es muy frecuente y bastante fácil encontramos en la dicotomía de querer sanarnos de querer encontrar armonía, pero no encontrarla debido a lo que otro me hizo, lo que otro me provocó.

El  Ho´oponopono habla de amarse a sí mismo, y de cuán fácil resulta culpar a otro por lo que nos pasa, culpar al prójimo por nuestras tristezas y rencores, culpar  para no permitirnos liberarnos de algo que nos ata, puesto que atribuir culpas a otro es muchísimo mas fácil que hacernos 100% responsables de nuestras afecciones.

Ho´oponopono invita a un camino no más fácil, pero si más certero, donde cada uno de nosotros se hace responsable de absoluta y totalmente todo lo que sucede en nuestras vidas. Esa traición, esa deslealtad, esa mentira no proviene del otro proviene de algo que en el pasado sembramos  o ahora generamos con nuestros pensamientos, acciones y sentimientos hacia otros y con nuestra propia vida.

Mabel Katz oradora argentina, alumna del Dr. Ihaleakalá Hew Len y reconocida como la autoridad del Hoʻoponopono en Latinoamérica, sostiene que en definitiva esta técnica es contraria a la psicología, que habla de entender y analizar las situaciones del conflicto; por el contrario, encuentra en esta técnica una mirada interna y definitiva a la situación que sea para resolverla por el mejor medio posible, el amor por uno mismo”.

Para Katz, resulta muy fácil como individuo atribuir la responsabilidad a un externo, sosteniendo que la clave de efectividad de esta terapia muy personal es adoptar el 100% de responsabilidad sobre nosotros mismos.

100 % DE RESPONSABILIDAD

Mabel katz desarrolla esta idea basándose en lo conveniente y sencillo que puede resultar mostrarnos y sentirnos como víctimas, nos encanta el drama, la victimización ” y la preferencia que podemos darle al drama en nuestra existencia dejando de lado la acción y una posición más activa antes nuestras caídas.

Se trata entonces de crear en nosotros mismos una percepción diferente de los desafíos de la vida a través de la gratitud, el amor y del perdón. Y aquí es donde comienza el efecto  del mantra perdón, lo siento, gracias, te amo; pues Katz sostiene que para detener las historias, las creencias, los prejuicios de nosotros mismos, el primer paso es encontrarnos y amarnos de verdad.

Lo cual no significa resistir, o dejarnos maltratar o abusar, significa tomar cada problema desde el amor, desde la comprensión desde el punto base de que ese mismo conflicto reside en nosotros también y que primero debe ser sanado en nuestro interior antes de esperar que se resuelva en tu igual.

De acuerdo con Hew Len, todo lo que nos sucede es una proyección de nosotros mismos en el plano externo, asemejándose a la corriente filosófica del solipsismo, con la diferenciación de que en lugar de negar la existencia de los demás atribuimos sus defectos y dificultades a nosotros mismos como un replica de eventos. Es decir que el Ho´oponopono parte del hecho de que tu conciencia es parte de un todo, al igual que la conciencia de cada ser viviente. De tal forma que al limpiar un conflicto en ti, no solo estás borrándolo de tu registro mental  sino  que de igual forma estas limpiandolo en el inconsciente colectivo al que perteneces. Esta idea se le conoce también como el efecto del centésimo mono en los estudios de la biología.  

La idea de que las personas cambian cuando tu cambias  y todo lo que envuelve al Ho´oponopono; revela en síntesis que esta técnica, es la unión de ideas y conceptos que se han desarrollado por separado tanto en culturas, filosofías como estudios científicos, que por el contrario a lo que se pensaría, no trae nada desconocido y que de manera concienzuda, puede lograr un cambio benéfico en la vida de quienes lo adoptan con disciplina.  

Pero, ¿Cómo logramos esto? ¿Cómo adoptar la posición de entregar y soltar todo aquello donde justificamos el dolor y la tristeza? Podrás encontrar mil técnicas alternativas unidad a está para iniciar este proceso de sanación interior, pero la base pura del  Ho´oponopono parte de la repetición del mantra, que se debe interiorizar de modo meditativo partiendo de la fé.

LO SIENTO, PERDÓNAME

CUANDO PERDONAS

NO LIBERAS AL OTRO

TE LIBERAS A TI MISMO

Al hablar de perdón indirectamente entramos a tocar nuestro ego. Cada vez que consideramos que alguien nos ha dañado o traicionado, afecta una parte de nuestro orgullo, de nuestra posición fuerte ante el otro y los demás.

Nos percibimos y hallamos a los demás, muchas veces ante la contradicción de no otorgar perdón o conciliar con el otro porque consideramos que no lo merece, porque esa persona no es digna de tal acto de condescendencia, porque no nos han pedido una disculpa o porque pensamos incluso que no somos capaces o dignos de otorgar perdón.

Este es otro asunto del que se debe cambiar el chip que llevamos instalado desde el inicio de nuestra infancia en relación con el perdón. Y es que nos han enseñado que al brindar disculpas o perdón estamos favoreciendo al otro, estamos concediendo un beneficio externo que no nos toca directamente en ningún sentido. Y es esta apropiación de perdón, precisamente en donde estamos fallando según el ho`ponopono.

Podemos encontrar historias en nuestras familias, amigos, novelas, el cine en fin, miles de escenarios donde el dolor a causa de no brindar perdón, puede carcomer la existencia de alguien, aún así persistimos en la forma en que digerimos el tema del perdón.

Y el cambio de significado de este tema, consiste en entender que al abrir espacio para absolver por el supuesto daño que nos hicieron,; no estaremos rescatando a quien lo otorgamos, nos recatamos a nosotros mismos; no estamos cediendo ante otra persona, cedemos ante nosotros mismo; no estamos abriendo espacio a tolerar y confiar de nuevo al otro, abrimos espacios de reconciliación con nosotros mismos.

De esta manera Ho´oponopono no es más que un cambio radical de paradigmas mentales que generan ataduras y bloqueos en el camino a la autorrealización personal. De nuevo Hoʻoponopono no anuncia algo nueva, en su lugar invita a realizar y ser conscientes y proactivos en un tema que le toca a todo el mundo y es precisamente entender y aceptar que el perdón no se da como un favor sino como una necesidad personal .

TODOS PODEMOS DECIR GRACIAS

La gratitud no es solo la mayor de las virtudes sino,

la madre de todas las demás. Cicerón

La sociedad y sus males actuales nos han enseñado a más de una generación a  que merecemos algo; a que merecemos siempre más de lo que tenemos,  a  percibir el bienestar y nuestra posición en la vida de una manera netamente capitalista y enfocada totalmente al consumo, dependiendo de cuanto consumas y gastes eres más o menos entre la masa. Dependiendo de cuanto tengas o consumas puedes medir tu felicidad.

Gina Ardila,  colombiana, sanadora interior, entrenadora de vidas y practicante del Hoʻoponopono afirma que debemos adoptar la gratitud total partiendo de la primicia de no merecer nada en la existencia. Sin tratarse de que esto signifique un desbalance en nuestra autoestima, sino de entender que con lo mucho o poco que nuestras mismas decisiones nos lleven en el camino, la razón de ser vivientes, de respirar y existir son motivos magnánimos de agradecimiento constante en nuestra existencia por el mundo.

Ardila dice que si nos programamos para ver cada cosa mínima de nuestro día a día como una real bendición, inmediatamente la percepción de cada suceso de nuestras vidas cambia por completo.

El uso del mantra gracias, diciéndolo sólo, repitiendolo una o las veces que sea o acompañado del mantra completo es la principal herramienta de este sistema, que llevado de manera correcta promete cambiar considerablemente la visión del entorno de nuestras vidas.

TE AMO

Mucho y nada se ha dicho del amor, lo cierto en medio de todo es que lo que se dice a todo momento como que «El amor es todo lo que hay» y «Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo» son premisas verídicas y efectivas.

¿Cómo podrías ofrecer o recibir el amor de tu pareja, o de tu familia si no te amas a ti mismo o si no encuentras amor en cada cosa que haces en tu vida? La certeza de que el amor es un sentimiento y movimiento que fluye y se retroalimenta del movimiento constante de un ente a otro lo podemos observar en todo instante, en la naturaleza, en los animales, en las plantas y en nuestras relaciones afectivas.

El Ho’oponopono nos habla del amor en su forma más básica, e insiste en no llamarlo simple pero si fácil. Y consiste en amar nuestro propio estado de paz, de satisfacción y de auto apreciación de lo que somos ante la existencia misma.

Si nos amamos lo suficiente, ese amor se refleja y fluye en vía positiva hacia todos los que nos rodean, de la misma forma si hay amor real y certero en nuestras vidas para con nosotros mismos, no habrá espacio ni oportunidad para que cosas menos importantes entren en nuestro corazón o en nuestra estabilidad emocional.

Y con ello no quiere decir que jamás entremos en estado de estrés, preocupación o de tristezas, pero sugiere es un camino energético abierto en el que lograremos regresar a este estado de amor. Desde este punto inicial el Ho’oponopono reconfirma su teoría en la que cambiándonos a nosotros mismos internamente cambiamos nuestro entorno.

¿CÓMO PRACTICO HO’OPONOPONO?

Aquí te traemos algunas pautas básicas y esenciales de esta corriente para iniciar un auto camino de sanación y auto reconciliación contigo mismo y tu entorno:

  1. Repite el mantra lo siento, perdóname, gracias, te amo, tantas veces como sea necesario, en la circunstancia que te incomode, pensando en la persona con la cual tengas un conflicto o disputa, o dirigiéndote a tu divinidad. Repítelo completo, o usa solo la parte que nazca en ti repetir, si es una sola palabra o dos o las cuatro; mantén presente el ejercicio constantemente de repetirlo para ti y tu corazón cuando oras, cuando te comunicas con tu ser interno y en esos momentos de duda, dolor o conflicto.
  1. Cada vez que algo no te guste, te incomode, te moleste o te perturbe; ya sea un situación o actitud de otra persona, en lugar de intentar cambiar o evadir lo que sucede afuera, pide en oración que se sane esa parte de ti que creo tal problema, pues el que no lo veas o no lo entiendas, no significa que no esté dentro de ti.
  1. Liberarte de la idea preconcebida de que eres una victima, dejar el drama atrás.

 

Según la ideología budista

todo lo que te molesta de otros seres

son la proyección de aquello

que no has resuelto en ti mismo.